En la Casa de la Provincia de
Sevilla se puede disfrutar de la Exposición del Pacto de Antequera donde se
recrea de forma permanente el primer despacho de Plácido Fernández Viagas,
Primer Presidente de nuestra Comunidad. La Diputación de Sevilla es la
patrocinadora de esta iniciativa de recuperación y conservación del legado
político e institucional de Plácido Fernández Viagas, uno de los grandes
activos de la Andalucía actual.
Pacto De Antequera Final by tamigranados
Discurso de Investidura de Plácido Fernández Viagas como Presidente de
la Junta Preautonómica
Gracias, muchas gracias,
paisanos, señor ministros, compañeros, representantes de las fuerzas políticas,
autoridades andaluzas presentes en este acto en el que estas palabras mías, por
hábitos y porque me parece lo procedente, carecerán de toda intención enfática,
puesto que un acto de esta naturaleza, como el que, de una u otra manera
estamos protagonizando todos nosotros, tiene la suficiente carga histórica como
para no disminuirla con afanes meramente literarios, y parece que lo
verdaderamente importante es que hoy, en este momento, nace y es reconocida
pública y oficialmente, por primera vez, una voz unánime de Andalucía.
Me parece que cualesquiera que
sean las vicisitudes que el ente preautonómico esté destinado a sufrir, o a
disfrutar, podrá justificarse en la medida en que asuma esta responsabilidad de
ser la voz unánime de Andalucía. Y esto debe pesar sobre todos nosotros,
condicionar nuestra acción política, pero sin que minimice nuestras
aspiraciones y la capacidad de esperanza que seamos capaces de depositar en el
pueblo andaluz.
Señor ministro, parece que todos
somos conscientes de lo que, por encima de las disposiciones concretas de Ley,
la creación de este sistema preautonómico significa. La consagración del mismo
es ya el reconocimiento de un control político que Andalucía, en su totalidad y
en su universalidad, ha de ejercer sobre los actos del Gobierno, del Estado,
que incidan en los intereses comunes de la región. Me parece que esta
constatación ha de ir emparejada con otra que tenemos que poner en primer
término, y es nuestra conciencia de que la fuerza y la responsabilidad de esta
voz se midan también en función de lo que representa de conciencia de la unidad
indisoluble del Estado.
Sobre ambos principios cabe ya
una amplia gama de actuación concreta sobre los problemas que preocupan, que
nos preocupan como andaluces. Y sería
frustrante que al encarnar estos problemas, como habremos de hacerlo
inmediatamente, estemos condicionados por pequeños. Inconvenientes de técnica
jurídica que nos frenen en la medida que tengamos que estar preocupados de
hasta dónde podemos llegar y de dónde no podemos pasar, en la defensa de los
intereses de Andalucía.
La voz única y conjunta de los
andaluces ha de hacerse presente, sin reticencias de ninguna especie, en cuanto
comienza por expresar ese afán de colaboración con el propio Gobierno y esa
asunción del concepto y del sentido de la plenitud de la unidad del Botado, y
por otra parte, de la solidaridad entre los pueblos de España.
Por otra parte, nadie puede
pensar que venimos a encontrar unos modelos que traten de configurar qué es
exactamente, o qué va a ser exactamente en esa conjunción de las
representaciones de las Diputaciones, de las distintas buenas políticas, ese
Gobierno de Andalucía, que va a estar, según he oído decir, compuesto de
mayoría y de oposición. Lejos de ser así, el Gobierno de Andalucía es la única
voz, repito, de Andalucía. Voz de Andalucía que, en la formulación de las
proposiciones de las soluciones que cada caso sugiera, cada uno de sus miembros
no podrá dejarse a la puerta el bagaje de su propio concepto de la vida, de su
propio concepto del modelo de sociedad, de sus propias concepciones
ideológicas. Pero sí podrán, y deberán dejarse a la puerta, lo que sean
simplemente los intereses de partido, y creo que éste es el sentido de la
independencia que se les puede pedir y se les debe exigir a quienes forman de este
Gobierno de Andalucía; la búsqueda inmediata de denominadores comunes a las
grandes soluciones que los también graves problemas de Andalucía demandan.
Son problemas de una tal
importancia para el pueblo andaluz, son problemas de una tal prioridad, incluso
en la política general del Estado, que me parece que hallar fórmulas en donde
se encuentren estos denominadores comunes no será en absoluto dificultoso para
ninguno de nosotros.
No quiero alargarme, y voy a
decir simplemente que el día en que podamos considerar cumplida nuestra misión,
lo que debemos aspirar es a llevarnos con nosotros la tranquilidad de
conciencia de haber obrado en todo momento como personas honradas. Me parece
que el momento político que vive Andalucía, la gravedad de los problemas que
afectan a nuestro pueblo, son de tal índole que quedaremos bien, simplemente
con ser decentes, con ser consecuentes, y si algo más hubiera que ofrecer,
hubiera que dar, si hubiera que quemarse en ese empeño, es algo que todos
nosotros asumimos con absoluta naturalidad. Es lo mínimo que podemos ofrecer.
Pero además estamos seguros de
que este pueblo que tiene esta cultura en la sangre, este pueblo al que le
enseñaron a decir que “cantando la pena, la pena se olvida”, pues es hora de
que empiece ya a ser perceptible, que en un plazo breve para las generaciones
futuras, definitivamente sea aquí la vida, la vida la que toque la guitarra.
Nada más.
Gracias.
Plácido Fernández Viagas. Discurso de investidura como presidente de la Junta Preautonómica de Andalucía.
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